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miércoles, 11 de enero de 2023

Dioses Americanos

-No debes olvidar -dijo el señor Ibis, exasperado- que la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda. Como la cara y la cruz de una moneda de veinticinco centavos.

-¿Y si yo tuviera una moneda de dos caras?

-Solo los dioses y los locos tienen monedas de dos caras.



Dioses Americanos - Neil Gaiman.

lunes, 8 de marzo de 2021

Fragmento 1 de El Bosque Oscuro



El psicólogo se limitó a dedicarle una sonrisa magnánima.
— ¿Acaso no me entiende?—añadió Luo—. ¡Le he entregado mi más profundo amor a una ilusión!
— ¡Oh! Entonces, ¿tenía usted la impresión de que los destinatarios de los afectos de los demás sí existen?
— No puedo creerme que lo ponga en duda.
— ¡No es que lo ponga en duda, es que le digo que no es así! En la inmensa mayoría de casos, aquello que uno ama solo existe en su imaginación. El destinatario de su afecto no es el hombre o la mujer que existe en la realidad, sino el de su mente. La persona real no es más que un patrón a partir del cual confeccionar el amor de sus sueños. Inevitablemente, tarde o temprano uno termina dándose cuenta de las diferencias entre uno y otro y debe decidir: si puede acostumbrarse, seguirán juntos; si no, romperán. Es así de sencillo.



Extracto de El Bosque Oscuro
Cixin Liu

jueves, 5 de febrero de 2015

Cómics y Libros

Aprovechando el receso de vacaciones he recibido 3 cómics que compré en Book Depository:
Los primeros basados en el segundo arco de la historia (pues ya completé el primer arco, yay!) y Serenity porque simplemente me tincó la trama tipo space cowboys.

Por otra parte también recibí 2 libros:
  • Darkly Dreaming Dexter, novela original en la cual está basada la serie de televisión y
  • How to be Alone, libro que pertenece a una colección que viene a re-invidicar un género (justificadamente por lo general) menospreciado, pero lo hace de manera inteligente, "no-auto-ayudezco" sino más bien de valiosa orientación, libro del cual ya me referí antes en el blog.
Así las cosas, tengo suficiente material de lectura y goce visual para un buen tiempo ;-)

lunes, 15 de diciembre de 2014

22/11/63

Anoche acabo de terminar de leer 22/11/63 de Stephen King. Soy un convencido de que cada libro es un viaje, pero este resulta muy especial porque precisamente trata de eso: de viajar, pero en el tiempo.

Creo que todos alguna vez hemos jugado a imaginar qué haríamos si pudiésemos viajar en el tiempo. A veces lo hacemos más serios y de forma recurrente y casi inconsciente tal vez cuando nos arrepentimos de algo que hicimos y deseamos con el corazón haber hecho algo distinto. Nunca sabremos cómo hubiesen resultado las cosas si tuviésemos la oportunidad de cambiar el pasado. Solemos pensar que sería todo muy diferente pero para bien.

No todo el mundo tiene segundas oportunidades para hacerlo distinto. A veces duele más saber que se tuvo un nuevo inicio y no se pudo (¿o quiso?) aprovechar. Y todo el libreto se vuelve a quemar. Otras veces sentimos que no importa cómo lo hagamos ni cuántas veces lo intentemos... Nos gusta engañarnos con conceptos fútiles y de ficción como "destino", "karma", "hilos invisibles", "otras vidas", etc. Seguramente lo hacemos para sentirnos un poquito mejor con nosotros mismos y convencernos de que lo intentamos todo. De que nos podemos lavar las manos más tranquilos.

Este libro, más que narrar de una forma muy aterrizada hechos históricos y condimentarla con un poco de sobria ficción de viajeros en el tiempo, es una invitación a viajar hacia el interior de nosotros y madurar respecto a las decisiones que tomamos. De hacernos responsables y dejar de engañarnos de a poco. Porque el tiempo, el tiempo no vuelve.






sábado, 2 de agosto de 2014

Joyas de Micro de Michael Crichton (con Richard Preston)

Actualmente estoy leyendo mi tercera novela de Michael Crichton: Micro. Hasta el momento la lectura ha sido muy disfrutable y fluída, pero la razón principal de esta entrada son un par de citas que dan para fácilmente armar una entretenida conversación:

- Danny, contigo todo es discutible.
- En esencia, así es -afirmó Minot, asintiendo solemnemente-. Yo no me conformo con la visión científica del mundo que afirma que existen certezas fijas y verdades inmutables.
- Y nosotros tampoco -objetó Erika-, pero algunas cosas son repetidamente verificables y, por lo tanto, justifican que creamos en ellas.
- ¿Verdad que sería agradable pensar de ese modo? Sin embargo, eso no es más que una fantasía autocomplaciente que los científicos se han permitido a sí mismos -prosiguió Mino-. En realidad, todo gira en torno a las estructuras de poder, y vosotros lo sabéis. El que tiene el poder en la sociedad es quien decide lo que puede ser estudiado, quien determina lo que puede ser observado y lo que se puede pensar. Los científicos no hacen más que alinearse con las instancias de poder dominantes. Y nos les queda otra alternativa, porque esas instancias son las que pagan las facturas. Uno no se la juega con las estructuras de poder, porque si lo hace se acaba el dinero para la investigación, no te reciben y no te publican. En pocas palabras, dejas de ser relevante. Te quedas fuera y lo mismo daría que estuvieras muerto.
    Un profundo silencio se abatió sobre el coche. 

Y poco más adelante viene esta:

- No, no tan deprisa -objetó Rick-. Esto es importante. ¿Qué tiene la naturaleza que resulta tan terrorífico para la mente moderna? ¿Por qué resulta tan intolerable? Pues porque la naturaleza se nos muestra como fundamentalmente indiferente. Es implacable y fría. No le importa si vivimos o morimos, si triunfamos o fracasamos, si sentimos placer o dolor. Y eso, para nosotros, es insoportable. ¿Cómo podemos vivir en un mundo al que no le importamos nada? Así pues, redefinimos la naturaleza. La llamamos "madre naturaleza" cuando no tenemos ningún parentesco con ella. Asignamos dioses a los árboles, al aire y a los mares y les concedemos un lugar preferente en nuestros hogares para que nos protejan. Necesitamos esos dioses humanos para muchas cosas, para que nos den suerte, salud o libertad; pero sobre todo, por encima de todas las cosas, necesitamos a esos dioses para que nos protejan de la soledad. ¿Y por qué es tan insoportable la soledad? ¿Por qué no soportamos estar solos? Pues porque los seres humanos son como niños. Por eso.

En esta novela estoy encontrando joyas de la elocuencia en su máximo esplendor. Y eso que apenas voy en la mitad de ella...

Un Vistazo al Futuro: La Era del Diamante


Hace muy pocos días terminé de leer mi primera novela cyber-punk de Neal Stephenson: La Era del Diamante. Llevaba buenos meses pensando en leer un libro de Stephenson dada las [ficticias] referencias que encontré en Celular. Luego de eso, La Era del Diamante estuvo acumulando polvo entre mis libros un buen tiempo.

El libro se presenta a sí mismo como una novela de difícil lectura, lo cual queda absolutamente en el primer cuarto de progreso: estructura irregular, uso frecuente de abreviaturas y conceptos que se explican de forma tardía o implícitamente, entre otras. Pero el corazón de esta libro radica en leerlo hoy; cuando la mitad de la tecnología descrita está siendo actualmente utilizada y posiblemente la otra mitad la veremos dentro de los próximos 10 ó 15 siguientes años. Nada mal para un libro escrito hace 18 años.

La historia misma es prometedora y el autor no se queda corto manejando a los personajes y los tiempos para explotarla. Finalmente sólo puedo recomendar este libro a lectores que al menos tengan el hábito de lectura, pues de lo contrario es posible verse perdido en un mar de conceptos y por ende, perderse el viaje que Stephenson ofrece.
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