domingo, 27 de julio de 2008

Una tarde de soooool



Hoy por la tarde mi hermano Andrés y mi sobrina Cathy me invitaron a pasear. Pese a que estaba despejado y había un sol agradable, el viento frío parecía atravesar la ropa.

Tomé unos audífonos para mi teléfono y partimos. Mi sobrina llevaba su bicicleta porque, pese a que tiene acceso a videojuegos e internet, aún sabe divertirse como lo hacíamos nosotros cuando aún creíamos que la bici era lo mejor que nos podía pasar en la vida. En mi opinión, Andrés y Valeria lo han hecho bien educando a mi sobrina. Sigan así.

Aproveché de comprarme un antiespasmódico porque anoche el kilometraje fué el siguiente:
  • Andrés: 60 centímetros de completo (what?) y una empanada de pollo-queso.
  • Jorge: 45 centímetros de completo y una empanada de champiñón-queso.
  • Valeria: 30 centímetros de completo y una empanada de choclo-queso.
  • Yo: 30 centímetros (y dos mascadas) de completo y una empanada de choclo-champiñón-queso.

Lo aclaro inmediatamente, no; no es una fiesta maratón de los Klumps...

Volviendo al paseo; en la plaza los chicos jugaron con la pelota y yo aproveché de escuchar algo de música... Es uno de mis placeres preferidos combinar la música con el viento rozando mi cara en una solitaria tarde en Pichilemu... El recorrido continuó hasta el parque donde recordamos una versión sana del juego "El Soooool" (no busquen en Gamecube, PS2 ni Wii...)

Existe un mundo entero lejos del frenesí de sumar más de cien "amigos" en Facebook con los cuáles no vamos a hablar, o de tener el iPhone antes que Kiefer Sutherland...

En las cosas simples encontramos tranquilidad.



Soundtrack: NightWish
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