viernes, 21 de marzo de 2008

Antes yo era tu hijo, ahora tú eres mi padre...

Escribir sobre mi viejo es algo que nunca he hecho y que voy a intentar hacerlo ahora.

Mi viejo, como padre es una persona de carácter, preocupado siempre de hacer lo correcto frente a nosotros; sus hijos. De opinión clara y contundente, de voz fuerte y mirada transparente. De valores.

Puedo decir que logró su objetivo en cuanto a mi respecta.
Un padre extraordinario. Desde que tengo conciencia nunca lo he visto hacer algo que lo haga sentirse avergonzado.

Un hombre de mil historias de trenes, ¡cuál de todas ellas más interesante! No me canso de escuchar las más clásicas, esas que siempre nos hacen reír, que normalmente afloran a la hora de almuerzo... También sabemos que tiene mil historias más que son sólo de él. Lo reconoce...

Hoy, por ser semana santa, ha contando la siguiente historia: "Hace muchos años, Fulano De Tal tuvo la genial idea de bromear con respecto a un paso fúnebre dicendo: <>. Al tiempo después Fulano sufrió una extraña enfermedad que lo dejó sin voz hasta el día de hoy..."

No soy tan buen cuenta-historias como él... Espero que a medida que vaya viviendo las mías podré irme aproximando. Tiene historias de todo género: Terror, comedia-picaresca (!), acción, drama, etc... (La de Merino estoy que seguro que nunca olvidaremos).

Sigo...
Un cocinero fabuloso, un anfitrión esmerado cuando hay invitados en casa. Excelente en las conversaciones. Apasionado por el fútbol, la comida y el buen vino.

Posee además un sentido de la ubicación que destaca.

Mi viejo nunca ha destacado por ser un padre cariñoso de piel ahora que sus hijos somos adultos. Palabras de apoyo, gestos, incondicionalidad... nunca han faltado. No sé en que momento dejé de saludarlo y despedirme de beso en la mejilla, como hacen mis hermanos aún... Pero estoy tranquilo porque sé que él sabe que siempre lo he querido.

Recuerdo la única vez que me levantó la mano fué por ahí por el año 92-93... Fué porque no dedicaba demasiado tiempo a estudiar. Ahora que por fin terminé mi carrera profesional, pienso que posiblemente me bastaba con un regaño y un par de gritos... pero bueno, algún día sabré si era realmente necesario aquel cachuchazo. Lo importante es que independiente de eso, el discurso de titulación se lo dediqué a ambos padres por igual.

Me hace muy bien venir a Pichilemu y verlo contento, tranquilo... como el mar que siempre él ha amado y respetado. Siempre que pueda voy a seguir viniendo a estar con él...

Real Time Web Analytics